De Corazón a corazón: Gen 32,23-32 (La "lucha" de Jacob con Dios); Mt 9,32-38 ("Jesús… enseñando, proclamando, sanando… al ver la muchedumbre, sintió compasión")

Contemplación, vivencia, misión: Quien entra en la vida de Jesús sólo como observador, se enreda en malentendidos, incluso ante sus sentimientos de compasión. Quien no sintoniza con los sentimientos y amores de Jesús, no entiende nada de su vida y ni de la vida de cualquier ser humano. La sed de ver a Dios y de recibir su salvación definitiva está enraizada en todo corazón humano, como en el caso de Jacob ("Israel"). El "Israel" de siempre es también el "Israel" de Dios, como promesa para todos los pueblos. Dios no se deja conquistar, sino que se da gratuitamente a quien se deja sorprender por él. El horizonte de Jesús es sin fronteras en la geografía y en la historia.

*En el día a día con la Madre de Jesús: El Señor realiza la redención con nuestra cooperación de "obreros" de su mies. La mies es suya y mucha, y por esto debemos orar para que haya muchos y santos servidores. Su Madre y nuestra es "la mujer" (Jn 2,4; 19,26), "la asociada" de modo especial a esta obra redentora.

AÑO DE LA FE: "Revivir el acontecimiento de Pentecostés…  la fe de la Iglesia habla en todas las lenguas y quiere unir a los pueblos en una sola familia" (Papa Francisco, homilía 29 junio 2013)