De Corazón a corazón: Deut 30,10-14 ("La Palabra está muy cerca de ti… en tu corazón"); Col 1,15-20 ("Todo subsiste en él… que resucitó"); Lc 10,25-37 (Buen samaritano: "Haz tú lo mismo")

Contemplación, vivencia, misión: En Jesús recibimos la Palabra personal y definitiva del Padre. Si el corazón está abierto a esta su Palabra, todo nos habla de Cristo resucitado, por quien la creación y la historia tienen o recuperan su razón de ser. En toda cultura y en todo pueblo podemos anunciar que Dios nos ama creando las cosas y renovándolas por la Encarnación de su Palabra. En Cristo, el Verbo Encarnado, la creación y la historia tienen sentido salvífico definitivo. Pero hay que pasar por la Cruz, para hacerse como él y en él, "pan partido" y "comido".

* En el día a día con la Madre de Jesús: Cristo "pasó haciendo el bien" (Hech 10,38), como hermano nuestro y buen samaritano que nos inserta en su misma biografía. Sólo lo encuentra quien está dispuesto a ser hermano de todos como él. María se contagió de la actitud misericordiosa de Jesús y se hizo su transparencia.

AÑO DE LA FE: "La Iglesia es lugar de la misericordia y de la esperanza de Dios, donde cada uno pueda sentirse acogido, amado, personado, alentado a vivir según la vida buena del Evangelio" (Papa Francisco, Audiencia 12 junio 2013). Ver resumen de encíclica  Lumen Fidei en Categorías de este blog (Año de la Fe)