De Corazón a corazón: Hech 10,34.37-43 ("Jesús de Nazaret… pasó haciendo el bien… Nosotros somos testigos… Dios lo resucitó al tercer día"); Col 3,1-4 ("Habéis resucitado con Cristo… Vuestra vida está oculta con Cristo en Dios… Cristo es vuestra vida"); Jn 20,1-9 ("El discípulo a quien Jesús amaba… entró en el sepulcro… vio y creyó")

Contemplación, vivencia, misión: El anuncio de la resurrección de Jesús continúa en la historia humana por medio de sus discípulos ("bautizados", que viven en Él). Cristiano es quien ha encontrado a Cristo Resucitado, especialmente al escuchar su Palabra y vivir la Eucaristía el "domingo" ("día del Señor resucitado) para ser pan partido entre los hermanos. Para encontrarle en estos signos "pobres", como en el sepulcro vacío, se necesita la fe del discípulo amado: "Entró,.. vio y creyó".

*En el día a día con la Madre de Jesús: El discípulo amado "la recibió en su casa" (Jn 19,27), es decir, "en comunión de vida", en familia. Por esto nos alegramos con ella por la resurrección de Jesús: "Reina del cielo, alégrate… ha resucitado". Ella sólo se alegra si la dejamos entrar para ayudarnos a creer y resucitar con Cristo.

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "Tú, que estuviste plantada ante la cruz con una fe inquebrantable y recibiste el alegre consuelo de la resurrección, recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu para que naciera la Iglesia evangelizadora" (Evangelii Gaudium, final).