De Corazón a corazón: Is 49,8-15 ("¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas?... Yo no te olvido"); Jn 5,17-30 ("No busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado")

Contemplación, vivencia, misión: Todos los bienes de la creación, también la paternidad y la maternidad, se encuentran en Dios como en su fuente y de manera sublime. Dios ha querido manifestar su "compasión" como ternura materna. Es la palabra con que Jesús describe la actitud del padre del hijo pródigo (cfr. Lc 15,20) o su misma actitud compasiva ante una muchedumbre necesitada (cfr. Mt 15,32). Jesús, al cumplir la voluntad salvífica del Padre, es la epifanía personal del amor paterno y materno de Dios.

*En el día a día con la Madre de Jesús: La ternura materna de la Madre de Jesús, hacia él y hacia nosotros, sigue siendo una realidad en nuestro caminar histórico: "La Bienaventurada Virgen… se condolió vehementemente con su Unigénito y se asoció con corazón maternal a su sacrificio… y, por fin, fue dada como Madre al discípulo" (LG 58).

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: “Ella es la del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas” (Evangelii Gaudium, n.286)