(Misa Crismal): Is 61,1-9; Apoc 1,5-8; Lc 4,16-21. Cena del Señor: Ex 12,1-14; 1Co 11,23-26; Jn 13,1-15.
De Corazón a corazón: Ex 12,1-8.11-14 ("Es la Pascua del Señor… La sangre les servirá de señal"); 1Cor 11,23-26 ("Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros… mi sangre… Haced esto en memoria mía"); Jn 13,1-15 ("La hora de pasar de este mundo al Padre… los amó hasta el fin… empezó a lavar los pies a los discípulos… amaos como yo os he amado")
Contemplación, vivencia, misión: Hoy es mejor "callar", dejándose sorprender y conquistar por el amor de Cristo: lavó los pies a los discípulos, instituyó la Eucaristía y el sacerdocio ministerial, nos dio el mandato nuevo del amor, declaró su amor de amigo que da la vida y pidió amor de retorno. "Aquel mandamiento nuevo que es el primero, el más grande, el que mejor nos identifica como discípulos" (Evangelii Gaudium, n.161).
*En el día a día con la Madre de Jesús: María vivió este acontecimiento, guiada por el Espíritu Santo, en sintonía de Madre, porque en su seno se había formado el "cuerpo" y la "sangre" de "su" Hijo. En su corazón resonó y sigue resonando la oración sacerdotal de Jesús al Padre: "Ellos son mi expresión… los amas como a mí… me inmolo por ellos… yo estoy en ellos" (Jn 17,10-26).
*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "La Palabra de Dios escuchada y celebrada, sobre todo en la Eucaristía, alimenta y refuerza interiormente a los cristianos y los vuelve capaces de un auténtico testimonio evangélico en la vida cotidiana" (Evangelii Gaudium, n.174)
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