De Corazón a corazón: Hech 2,36-41 ("A este Jesús que han crucificado, Dios lo ha hecho Señor… Convertíos y bautizaos en el nombre de Jesucristo"); Jn 20,11-18 (Jesús a Magdalena: "Ve a decir a mis hermanos: subo a mi Padre y a vuestro Padre")

Contemplación, vivencia, misión: La Magdalena fue la primera en anunciar a los discípulos (los "hermanos") que Cristo había resucitado. Pedro, después de Pentecostés, fue el primero en anunciar a Cristo Resucitado. Ser testigo de Cristo Resucitado, comporta expresar en la propia vida un cambio que sólo puede realizar Dios Amor. Por esto Pedro tiene la audacia de urgir a "abrirse" (convertirse) al proyecto de Dios para "configurarse" (bautizarse) en Cristo.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Pedro, con los demás discípulos y algunas mujeres (entre ellas, la Magdalena), se formaron en el Cenáculo para ser testigos coherentes del Resucitado, "orando en sintonía con la Madre de Jesús" (Hech 1,14).

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: El Concilio Vaticano II presentó la conversión eclesial como la apertura a una permanente reforma de sí por fidelidad a Jesucristo… Hay estructuras eclesiales que pueden llegar a condicionar un dinamismo evangelizador; igualmente las buenas estructuras sirven cuando hay una vida que las anima, las sostiene y las juzga" (Evangelii Gaudium, n.26)