De Corazón a corazón (seleccionar entre otros textos):  Job 19,1.23-27 ("Veré a Dios"); Sab 3,1-9 ("Las almas de los justos están en las manos de Dios… están en paz"); Rom 5,5-11 ("La esperanza no defrauda"); Apoc 21,1-7 ("Vi un cielo nuevo y una tierra nueva… Enjugará las lágrimas de sus ojos"); Jn 6,37-40 ("Es voluntad de mi Padre que todo el que vea al Hijo y crea en él tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día"). Ver también Mt 5 (bienaventuranzas) y 25 (las diez vírgenes), etc.
Contemplación, vivencia, misión: Todo nos habla de esperanza, de una meta final que da sentido a nuestro presente. Estamos ensayando un "presente" que deseamos sea sin ocaso, pero que sólo será realidad plena cuando veamos a Dios. Cristo resucitado es la "primicia". Los que ya llegaron nos alientan. Tal vez algunos "difuntos" están "esperando" nuestras oraciones, mientras se van "purificando" por el amor; porque a Dios Amor sólo se le puede ver y encontrar con un corazón en sintonía con su amor.

*En el día a día con María la Madre de Jesús: Vivimos en familia, en "comunión de los santos" (dice el Credo), a modo de "vasos comunicantes", también con quienes ya pasaron al "más allá" y necesitan que se acreciente nuestro amor para que se "purifique" el suyo. Los "méritos" de María son también nuestros, nos los ha regalado Jesús al dárnosla como Madre. AÑO DE LA FE: "La luz de la fe ilumina todas nuestras relaciones humanas, que pueden ser vividas en unión con el amor y la ternura de Cristo" (Lumen Fidei, n.32)