(Vigilia:) Jer 1,4-10; Sal 78,5; 1Pe 1,8-12; Lc 1,5-17.
De Corazón a corazón: (Día:) Is 49,1-6 ("Desde el seno materno me llamó") Sal 139,1; Hech 13,22-26 ("Juan predicó como Precursor"); Lc 1,57-66.80 ("Juan es su nombre": el Señor ha sido bueno)

Contemplación, vivencia, misión: Desde el seno de nuestra madre, ya empezamos a ser plasmados por el amor de Dios, que nos quiere convertir a todos en un "don" para los demás. Nuestro verdadero "nombre" sólo lo sabe el Señor. Cada día es "cumpleaños" de una gracia o don recibido, que se suma a una herencia familiar, en la "comunión" de los santos. Amar a los hermanos es alegrarse por sus dones recibidos del mismo Dios Amor. Lo importante, para que Jesús se transparente, es que nosotros seamos sólo "voz", aprendiendo a "disminuir" para que se oiga la "Palabra": Se necesitan "servidores" al estilo de María y del Bautista.

* En el día a día con la Madre de Jesús: A Juan, el Precursor, le tocó en suerte ser santificado por el Espíritu Santo por medio del saludo de María. Su vida ya no serviría más que para anunciar Jesús, prescindiendo de sí mismo, para encontrarse de verdad transformado en el Señor.

AÑO DE LA FE: "Creer en Dios nos hace, por lo tanto, portadores de valores que a menudo no coinciden con la moda y la opinión del momento …  El cristiano no debe tener miedo de ir «contra corriente» para vivir su fe, resistiendo a la tentación de «uniformarse»" (Benedicto XVI, 23 enero 2012)