De Corazón a corazón: Gen 13,2.5-18 (Acuerdo entre Abraham y Lot; Dios promete a Abraham una descendencia innumerable); Mt 7,6.12-14 ("Cuánto más vuestro Padre… Cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos")

Contemplación, vivencia, misión: Dios ha dejado en la creación huellas de su modo de amar. En la bondad de nuestros seres queridos se nos transparenta el amor de Dios. Ese amor, en su fuente, es siempre más allá de  lo que podamos imaginar. Cuando Jesús decía "cuánto más vuestro Padre", expresaba este amor hacia nosotros en su misma vida. La gran sorpresa está en que el Padre nos ama con el mismo amor con que nos ama Jesús (cfr. Jn 15,9) y con que ama a Jesús (cfr. Jn 17,23). Por esto el mandato del amor es "nuevo", como nueva es la realidad de la Encarnación y Redención. Bastaría con  aprender a mirar qué necesitan los demás.

*En el día a día con la Madre de Jesús: En la visitación a Isabel y en Caná, María estaba atenta a la necesidad de los demás. Es "la mujer" (la "Nueva Eva"), que, con su fe confiada y audaz, comparte el modo de vivir de Jesús.

AÑO DE LA FE: Cuando se vive en esta perspectiva de fe y amor, es posible afrontar los problemas humanos como Abraham y disipar las tragedias reales o imaginarias. Todo acontece en el contexto de un designio de amor.