De Corazón a corazón: Rom 8,1-11 ("El Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece"); Lc13,1-9 (La higuera estéril: "Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas")

Contemplación, vivencia, misión: Año tras año, el Señor pide respuesta a su amor de totalidad. Y año tras año buscamos algún "hortelano" que haga fructificar nuestro huerto: año mariano, año eucarístico, año sacerdotal, año de la fe… El "Espíritu" de Cristo es de mansedumbre y humildad, de misericordia y de entrega, de celo apostólico y de fidelidad a la misión del Padre en el Espíritu Santo.

*En el día a día con la Madre de Jesús y AÑO DE LA FE: María nos lleva en su corazón maternal, como llevó a Jesús en su seno para transmitirlo al mundo. "Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada y recibimos la caricia consoladora de tu sonrisa. Protege nuestra vida entre tus brazos: bendice y refuerza cada deseo de bien; reaviva y alimenta la fe; sostiene e ilumina la esperanza; suscita y anima la caridad; guíanos a todos nosotros en el camino de la santidad" (Papa Francisco, Entrega a María, 13 octubre 2013).