De Corazón a corazón: Hech 13,26-33 ("A vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación… Dios lo resucitó"); Jn 14,1-6 ("Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí" )

Contemplación, vivencia, misión: Desde que Dios, haciéndose hombre, ha asumido nuestra historia, el camino de la vida humana queda iluminado por su cruz y su resurrección. Sólo en Jesús vemos que Dios ama así: dándose a sí mismo y llevándonos en su Corazón. Nuestra suerte está ligada a la de Cristo. Dar testimonio de ese amor, supone arriesgarlo todo como los mártires; esto es posible sólo a partir de una amistad profunda con Él.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Las cinco pilastras de la espiritualidad mariana son: conocer a María, amarla, imitarla, celebrarla y pedir su intercesión. Es decir, conocer y amar a Jesús tal como es, nacido de María. Meditando como ella las palabras de Jesús, vivimos en sintonía con su "sí", con su "Magníficat" y con su estar "de pie junto a la cruz", para compartir la misma vida de Jesús.