De Corazón a corazón: 1Pe 1,10-16 ("Poned toda vuestra esperanza en la gracia… sed santos"); Mc 10,28-31 ("Lo hemos dejado todo y te hemos seguido")

Contemplación, vivencia, misión: En la comunidad eclesial primitiva, aún antes de tener por escrito los evangelios, se vivía en "armonía" de sentimientos "con la Madre de Jesús" (Hech 1,14). En su Corazón y en el de la Iglesia, resonaba toda la vida y mensaje de Jesús. Por esto, el tono de vida era de gratitud, generosidad y confianza, sabiendo que, con la ayuda de la gracia, era posible caminar en el amor, con "un solo corazón" (Hech 4,32), sin anteponer nada al amor de Cristo. "Donde entra el Evangelio, y por tanto la amistad de Cristo, el hombre experimenta que es objeto de un amor que purifica, calienta y renueva, y nos hace capaces de amar al hombre con amor divino" (Benedicto XVI, 24.5.12).

*En el día a día con la Madre de Jesús: Cualquier aspecto del mensaje de Jesús, al mirar a su Madre y nuestra, nos recuerda de nuevo su invitación, reflejo de su propio "sí" a la Alianza: "Haced lo que él os diga". Ella "antecede con su luz al Pueblo peregrinante como signo de esperanza y de consuelo" (LG 68).