De Corazón a corazón: Hech 28,16-31 ("Por la esperanza de Israel llevo estas cadenas… predicaba con toda valentía"); Jn 21,20-25 ("Tú, sígueme… Su testimonio es verdadero")

Contemplación Vivencia Misión: Las vidas de los apóstoles de Cristo (como Pedro, Pablo y Juan) están escritas en el corazón de Dios. No necesitan placas conmemorativas. Pedro siguió al Señor dejándolo todo por Él. Pablo, "encadenado", daba testimonio de Jesús. Juan nos ha dejado un Evangelio donde siguen palpitando los latidos del Corazón del Señor, auscultados en sintonía con sus amores. Estos testimonios son "verdaderos", ratificados con una vida de fidelidad al Espíritu de Amor. La esperanza es el gozo de una tensión confiada.

En el día a día con la Madre de Jesús: La audacia nace de la humildad y de la verdad gozosa de la donación. Se necesita una actitud de "Cenáculo" con María, para hacer de la vida un "sí" materno y fecundo.