De Corazón a corazón: Is 49,1-6 ("Desde el seno materno me llamó"); Hech 13,22-26 ("Juan predicó como Precursor"); Lc 1,57-66.80 ("Juan es su nombre": el Señor ha sido bueno)

Contemplación, vivencia, misión: Desde el seno de nuestra madre, ya empezamos a ser plasmados por el amor de Dios, que nos quiere convertir a todos en un "don" para los demás. Nuestro verdadero "nombre" sólo lo sabe el Señor. Cada día es "cumpleaños" de una gracia o don recibido, que se suma a una herencia familiar, en la "comunión" de los santos. Amar a los hermanos es alegrarse por sus dones recibidos del mismo Dios Amor.

* En el día a día con la Madre de Jesús: A Juan, el Precursor, le tocó en suerte ser santificado por el Espíritu Santo por medio del saludo de María. Su vida ya no sería más que anuncio de Jesús, prescindiendo de sí mismo, para encontrarse de verdad transformado en el Señor.

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "Virgen y Madre, María… tú, llena de la presencia de Cristo, llevaste la alegría a Juan el Bautista, haciéndolo exultar en el seno de su madre" (Evangelii Gaudium, n.288)