De Corazón a corazón: Am 3,1-8; 4,11-12 ("Prepárate, Israel, para el encuentro con tu Dios"); Mt 8,23-27 ("¿Por qué teméis, hombres de poca fe?")
Contemplación, vivencia, misión: Dios nos "prueba" para examinarnos de amor. Nos fabricamos muchos andamios de adorno sin transformarnos en piedras vivas. La "miseria" humana es un abismo, pero la "misericordia" de Dios es un abismo mayor que transforma nuestra miseria en barro moldeable. Para llegar a este "cambio", bastaría con ser agradecidos y avergonzarnos por no haber confiado y correspondido al Amor. "La gratitud y la confianza han tomado asiento en mi corazón" (Bta. M. Inés-Teresa Arias).
*En el día a día con la Madre de Jesús: "Ha puesto Dios este instinto en todos los cristianos de llamar luego a la Virgen María… Ha puesto Dios en el corazón de ella que ruegue por nosotros; luego, pues es nuestra Madre" (S. Juan de Ávila, Sermón 62).
*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "Una auténtica fe –que nunca es cómoda e individualista– siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra" (Evangelii Gaudium, n.183
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