De Corazón a corazón: Tit 2,1-8.11-14 ("Se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres… la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo; el cual se entregó por nosotros"); Lc 17,7-10 ("Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer")

Contemplación, vivencia, misión: Toda criatura es como una "expresión" de la bondad y verdad de Dios. Pero Jesús es el Hijo de Dios hecho nuestro hermano, que ha ofrecido su vida en sacrificio, para hacernos partícipes de su misma vida divina. Él es, pues, el Salvador, la epifanía personal de Dios, su Palabra definitiva. Vivió y murió en circunstancias históricas concretas; ahora, ya resucitado, nos acompaña. Por esto la fe cristiana es adhesión a su mensaje y relación personal con él. La "nueva evangelización" necesita testigos del encuentro con Cristo resucitado.

*En el día a día con la Madre de Jesús: En el taller y en la casa de Nazaret todo era pequeño como la semilla de mostaza y los trocitos de levadura. Pero el amor era el de Jesús, María y José, como ahora es el nuestro expresado en la vida ordinaria.
AÑO DE LA FE: "Numerosas personas tienen necesidad de una nueva evangelización, es decir de un nuevo encuentro con Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios (cf. Mc1,1), que puede abrir nuevamente sus ojos y mostrarles el camino" (Benedicto XVI, 28 octubre 2012)