De Corazón a corazón: Os 14,2-10 (“Vuelve al Señor tu Dios… Yo los amaré de todo corazón”); Mc 12,28-34 (“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón… y a tu prójimo como a ti mismo”)
Contemplación, vivencia, misión: Es muy importante darse cuenta de que la Palabra que Dios nos dirige es una declaración de amor: "Yo los amaré". En la última cena, Jesús se hace portador de esta declaración: "Os he amado", "permaneced en mi amor" (Jn 15,9). Dios se ha hecho "mendigo" de amor. La respuesta a su declaración de amor es posible, por estar "injertados" ("bautizados") en Jesús.
*En el día a día con la Madre de Jesús: La expresión profética de Oseas ("les amaré de todo corazón") tiene significado esponsal. Nuestra relación íntima con María (Nueva Eva, figura de la Iglesia esposa), nos ayuda a vivir en sintonía con el amor tierno (maternal y esponsal) de Dios.
*Alegría del Evangelio, renovación misionera: “San Pablo … presenta a sus comunidades la vida cristiana como un camino de crecimiento en el amor: «Que el Señor os haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros, y en el amor para con todos» (1 Ts 3,12)” (Evangelii Gaudium, n.161)
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