De Corazón a corazón: 2Re 5,1-15 ("Naamán… se sumergió siete veces en el Jordán… y quedó limpio"); Lc 4,24-30 ("Le arrojaron fuera de la ciudad - Nazaret -… para despeñarlo… Se marchó")

Contemplación, vivencia, misión: El camino hacia la Pascua es camino de "bautismo" y pasa por "Nazaret". El magnate Naamán exigía ceremonias deslumbrantes para curar de su lepra. La verdadera sanación tiene lugar en el corazón de quien se quiere "bautizar" ("esponjar") en los mismos "sentimientos" de Jesús, que "se humilló" y, por esto, "fue exaltado" (Fil 2,5ss). La vivencia de esta fe no estará nunca de moda, porque pasa por el Calvario, aunque no termine en él.

*En el día a día con la Madre de Jesús: A Jesús le llamaron "hijo de José", "hijo de María". Vivió nuestro "día a día" en Nazaret y lo insertó en el suyo y en el de su Madre y nuestra.

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "Recordemos el ámbito de «as personas bautizadas que no viven las exigencias del Bautismo, no tienen una pertenencia cordial a la Iglesia y ya no experimentan el consuelo de la fe" (Evangelii Gaudium, n.14)