De Corazón a corazón: (Vigilia) Is 62,1-5("el Señor se complacerá en ti"); Hech 13,16-17.22-2 ("un Salvador, Jesús"); Mt 1,1-25 ("le pondrás por nombre Jesúa") / (Noche) Is 9,1-6 ("una luz grande"); 1 Tt 2,11-14 ("para todos los hombres") Lc 2,1-14 ("(María… lo envolvió en pañales") / (Aurora) Is 62,11-12 ("tu salvación"); 1 Tt 3,4-7 ("se manifestó la bondad de Dios"); Lc 2,15-20 ("los pastores") / (Día) Is 52,7-10 ("anuncia la paz"); Heb 1,1-6 ("Dios os ha hablado por su Hijo"); Jn 1,1-18 ("el Verbo se hizo carne").

Contemplación, vivencia, misión: Jesús habla por sí mismo. Es la Palabra personal del Padre, pronunciada eternamente en el amor del Espíritu Santo. Se le recibe de verdad en el "silencio" del corazón y de la comunidad-familia, donde sólo reine el amor. Hay que "callar" para "escuchar": "El Verbo se ha hecho carne y habita entre nosotros". Es "Dios con nosotros". Dios "nos ha hablado por su Hijo". Es "el Salvador" (Jesús); ha aparecido la "luz", la "alegría", la "bondad", la "paz" y la "misericordia" de Dios. Y su Madre Virgen "lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre". Es la "gran alegría": "Gloria a Dios" que fundamenta "la paz en la tierra".

*Con la Madre de Jesús, vivimos la alegría del Evangelio: "María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura. Ella es la esclavita del Padre que se estremece en la alabanza" (Evangelii Gaudium, n.286)