De Corazón a corazón: 1Jn 2,18-21 ("Estáis ungidos por el Espíritu Santo"); Jn 1,1-18 ("Los suyos no lo recibieron. Pero a todos los que lo recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios… La Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros y hemos visto su gloria")

Contemplación, vivencia, misión: Termina un año, como llega el atardecer de cada día "A la tarde (de la vida) te examinarán en el amor" (S. Juan de la Cruz). Recibir o no recibir a Jesús, ésa es la cuestión. Y el "cómo" le recibimos define nuestra realidad. Todos los días del año Jesús nos ha traído el don de sí mismo. Su Espíritu de amor ha intentado modelarnos en él. Lo demás se lo lleva el viento como hojarasca ruidosa y anodina que deja el corazón vacío. Lo que importa es amar.

*En el día a día, con la Madre de Jesús: Como María, queremos creer en el Amor: "El Niño nacido por muestro bien... Mientras este Niño más padece, más nos roba el corazón para amarle... ¿Quién constriñó a Dios a hacerse hombre? No otro sino el amor" (S. Juan de Ávila, Carta 61, 1ss).

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: (Examen) "Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores»" (Evangelii Gaudium, n.3).