De Corazón a corazón: 1Tes 5,1-6.9-11 ("Sois hijos de la luz, hijos del día"); Lc 4,31-37 ("Estaban asombrados porque hablaba con autoridad")

Contemplación, vivencia, misión: Jesús es capaz de hacer "callar" a todas las tendencias que no suenen a amor, a todas las insinuaciones del espíritu del mal (que son muchas y siempre escondidas). Siguiendo a Jesús, seguimos a "la luz" y nos hacemos "hijos de la luz". La invitación es acuciante, porque sólo él nos ha amado hasta dar la vida por nosotros. Por él y en el Espíritu, tenemos la vida nueva que el Padre quiere comunicar a todos.

En el día a día con la Madre de Jesús: María escuchó de los labios de Simeón que Jesús era "la luz para iluminar a las gentes" (Lc 2,32). La "autoridad" de Jesús consiste en su realidad de "luz del mundo" (Jn 8,12). Estamos llamados a ser destello de esta luz (cfr. Mt 5,14).

AÑO DE LA FE: "La Palabra que Dios nos dirige en Jesús no es una más entre otras, sino su Palabra eterna … No hay garantía más grande que Dios nos pueda dar para asegurarnos su amor, como recuerda san Pablo (cfr. Rom 8,31-39)" (Lumen Fidei, n.15).