De Corazón a corazón: 1Tim 2,1-8 ("Dios, nuestro Salvador, quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad"); Lc 7,1-10 (El centurión de Cafarnaum: "No soy digno de que entres en mi casa")

Contemplación, vivencia, misión: Todo el evangelio suena a universalismo. Jesús se presentó en Cafarnaum como "el pan vivo… para la vida del mundo" (Jn 6,51). El Señor alabó la fe humilde y confiada de un centurión pagano, cuya oración se ha inmortalizado en nuestras celebraciones eucarísticas. "El conocimiento pleno de la verdad" (la Verdad es el mismo Jesús) no destruye nada de cuanto Dios ya ha sembrado en todos los corazones: la búsqueda o el deseo de la verdad y del bien.

En el día a día con la Madre de Jesús: La "misericordia" descrita en la Biblia (ya en el Antiguo Testamento) indica la "ternura materna" de Dios. Ahora vemos esta ternura materna plasmada en su Madre y nuestra, la Madre de la Misericordia.

AÑO DE LA FE: "Junto a « creer que » es verdad lo que Jesús nos dice (cfr. Jn 14,10; 20,31), san Juan usa también las locuciones « creer a » Jesús y « creer en » Jesús. «Creemos a » Jesús cuando aceptamos su Palabra, su testimonio, porque él es veraz (cfr. Jn 6,30). « Creemos en » Jesús cuando lo acogemos personalmente en nuestra vida y nos confiamos a él, uniéndonos a él mediante el amor y siguiéndolo a lo largo del camino (cfr. Jn 2,11; 6,47; 12,44)" (Lumen Fidei, n.18).