De Corazón a corazón: 1Pe 5,5-14 ("Dios os ha llamado en Cristo… os saluda mi hijo Marcos"); Mc 16,15-20 ("Id por todo el mundo… Ellos salieron a predicar… el Señor con ellos"):

Contemplación, vivencia, misión: Marcos, el discípulo de Pedro y Pablo, ha dejado huellas imborrables del evangelio en la historia. La vocación peculiar de cada uno se armoniza en la "comunión de los santos". Todos han sido llamados por declaración de amor, para anunciar este mismo amor sin fronteras. Y Cristo acompaña a todos: envía, acompaña y espera en el corazón de cada ser humano y en todos los pueblos. La humildad y confianza en el amor de Dios hace el milagro de convertir al apóstol en signo personal y comunitario de Jesús.

El día a día con la Madre de Jesús: Lo "poquito" que nos dice San Marcos sobre la Virgen es muy aleccionador. Durante su visita a Nazaret, Jesús fue tildado de "carpintero, hijo de María" (Mc 6,3). Ella compartió su misma vida escondida durante treinta años, siempre fiel a la "voluntad de Dios" (Mc 3,33-35).

AÑO DE LA FE: "La oración constante y profunda hace crecer la fe de la comunidad cristiana, en la certeza siempre renovada de que Dios nunca abandona a su pueblo y lo sostiene suscitando vocaciones especiales, al sacerdocio y a la vida consagrada, para que sean signos de esperanza para el mundo" (Benedicto XVI, para la Jornada Mundial de las vocaciones 2013).