De Corazón a corazón: Fil 2,1-11 ("Al nombre de Jesús se doble toda rodilla"); Mt 1,18-25/Lc 2,21-24 ("Se le dio el nombre de Jesús")

Contemplación, vivencia, misión: Si Jesús no fuera el Hijo de Dios, que murió y resucitó, no pasaría de ser uno de tantos fundadores de grupos religiosos. La novedad de Jesús, único "Salvador", estriba en haberse humillado, tomando realmente nuestra condición humana para transformarla por medio de la cruz, que es expresión de un amor de donación infinita. Sólo Dios hecho hombre puede amar así, para destruir el pecado y la muerte, con vistas a hacernos partícipes de su misma vida divina. Orar pronunciando el nombre de "Jesús" es sosiego para quien practica la fe como conocimiento de Cristo vivido personalmente.

En el día a día, con la Madre de Jesús (y AÑO DE LA FE): "Allegaos al pesebre y pedidle con fe: Señor, pues que tú te ablandaste, ablándame a mí el corazón" (S. Juan de Ávila). Se le encuentra siempre con María su Madre. Para el AÑO DE LA FE ver también en Espiritualidad (Vocabulario) o en "Categorías" (lado izquierdo del blog)