De Corazón a corazón: Jue 9,6-15 (Abimélek proclamado rey); Mt 20,1-16 ("Id a mi viña")

Contemplación, vivencia, misión: Cuando Dios no es el punto de referencia en la vida, entonces los poderes humanos se convierten en opresores. En la comunidad eclesial puede ocurrir el mismo error, cuando olvidamos que la obra es suya: su viña, sus ovejas, su familia eclesial. Somos invitados a trabajar en "su" viña ("id a mi viña") con su mismo amor. La viña no es un feudo nuestro, sino un campo de servicio. El premio es el mismo Jesús, no hay otro mejor. Buscar otras ventajas sería como entronizar en nuestro corazón a un intruso (Abimelek). Un conocimiento vivido de Cristo abre horizontes sin fronteras: "El encuentro con el Hijo de Dios proporciona un dinamismo nuevo a toda la existencia" (Benedicto XVI, JMJ 2013).

*En el día a día con la Madre de Jesús: María oyó decir a Jesús: "mi madre, mis hermanos" (Mt 12,48). Ella comprendió siempre que el "Salvador" era sólo "Jesús", a quien ella pertenecía en cuerpo y alma como "asociada", "la mujer".

AÑO DE LA FE: "La fe no es un mero asentimiento intelectual del hombre frente a las verdades en particular sobre Dios; es un acto por el cual me confío libremente a un Dios que es Padre y me ama; es la adhesión a un "Tú" que me da esperanza y confianza" (Benedicto XVI, 24 octubre 2012)