De Corazón a corazón: Is 66,18-21 ("Vengo a reunir a todas las naciones"); Heb 12,5-7.11-13 ("A quien ama el Señor, le corrige"); Lc 13,22-30 ("Esforzaos por entrar por la puerta estrecha")

Contemplación, vivencia, misión: Todas las muestras de amor por parte de Dios son siempre para el bien de todos, para "todas las naciones". Para captar ese amor, hay que entrar por la "puerta estrecha" del Corazón de Cristo: sólo él es "la puerta" (cfr. Jn 10,7). Es "estrecha" porque por ahí no entra ningún tipo de egoísmo. Pero está siempre abierta a quienes quieren hacerse aprendices de un amor que es siempre de totalidad. Todo es "gracia" o signo del amor de Dios, quien nos trata siempre como a hijos en el Hijo.

*En el día a día con la Madre de Jesús: En las pruebas, el Señor nos dice: "Soy yo". Entonces nos hace testigos de su amor para los demás. Decimos a la Virgen María: "Soy todo tuyo" para que me enseñes a no anteponer nada al amor de Cristo.

AÑO DE LA FE: "Hablar de fe comporta a menudo hablar también de pruebas dolorosas, pero precisamente en ellas san Pablo ve el anuncio más convincente del Evangelio, porque en la debilidad y en el sufrimiento se hace manifiesta y palpable el poder de Dios que supera nuestra debilidad y nuestro sufrimiento" (Lumen Fidei, n.56)