De Corazón a corazón: 1Jn 2,3-11 ("Quien guarda su Palabra, el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud… debe vivir como vivió él"); Lc 2,22-37 ("Llevaron a Jesús a Jerusalén para ofrecerlo al Señor")

Contemplación, vivencia, misión: Después del nacimiento de Jesús, sus padres vivían pendientes de él, perteneciendo totalmente a su proyecto de salvación, como piezas hermosas y libres de un mismo mosaico policromado. Cada uno es irrepetible: Jesús el Hijo de Dios, María la llena de gracia, José el "justo". La misión de cada uno se desarrolla en las circunstancias concretas y sencillas de la convivencia. El resultado es una "oferta" de amor a Dios, realizada en "comunión". Lo que cuenta es la verdad de la donación. El "martirio" es una constante en la vida de quien quieran compartir la misma suerte de Cristo.

En el día a día, con la Madre de Jesús: "Y si queréis ver alguna hermosura en la tierra, suplicad a nuestro Señor que os dé ojos de consideración, para ver una doncella hoy en el portal de Belén con un Doncel en sus brazos. No hay cosa más hermosa... dándole a mamar" (S. Juan de Ávila, Sermón 4).
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