Vigilia: Is 62,1-5 ("El Señor se complacerá en ti y tu tierra será desposada"); Hech 13,16-25 ("Dios ha suscitado para Israel un Salvador, Jesús"); Mt 1,1-25 ("Le pondrás por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados")
Media noche: Is 9,1-6 ("El pueblo que andaba a oscuras, vio una luz grande"); Tit 2,11-14 ("Se ha manifestado la gracia salvadora de Dios para todos los hombres"); Lc 2,1-14 ("María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo costó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue")
Aurora: Is 62,11-12 ("Viene tu salvación"); Tit 3,4-7 ("Se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres"); Lc 2,15-20 ("Los pastores fueron a toda prisa y encontraron a María y José, y al niño acostado en un pesebre")

Durante el día: Is 52,7-10 ("¡Qué hermosos son sobre los montes, los pies del mensajero que anuncia la paz"); Heb 1,1-6 ("En estos últimos días, Dios nos ha hablado por su Hijo"); Jn 1,1-18 ("El Verbo se ha hecho carne y habita entre nosotros")

Contemplación, vivencia, misión: Jesús habla por sí mismo. Es la Palabra personal del Padre, pronunciada eternamente en el amor del Espíritu Santo. Se le recibe de verdad en el "silencio" del corazón y de la comunidad-familia, donde sólo reine el amor. Hay que "callar" para "escuchar": "El Verbo se ha hecho carne y habita entre nosotros". Es "Dios con nosotros". Dios "nos ha hablado por su Hijo". Es "el Salvador" (Jesús); ha aparecido la "luz", la "alegría", la "bondad", la "paz" y la "misericordia" de Dios. Y su Madre Virgen "lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre". Es la "gran alegría": "Gloria a Dios" que fundamenta "la paz en la tierra".

Con María la Madre de Jesús: "La Palabra eterna se ha hecho pequeña, tan pequeña como para estar en un pesebre" (Benedicto XVI, Verbum Domini 12). "Toda alma creyente concibe y engendra la Palabra de Dios" (S. Ambrosio).
AÑO DE LA FE: "El Logos eterno (la Palabra) se ha hecho hombre, y esto requiere el contexto del lugar y del tiempo. La fe está ligada a esta realidad concreta" (Benedicto XVI, La Infancia de Jesús, nacimiento de Jesús en Belén).