De Corazón a corazón: Hech 1,15-26 ("Testigo con nosotros de la resurrección… agregado al número de los Doce"); Jn 15,9-17 ("Permaneced en mi amor…vosotros sois mis amigos… yo os he elegido")

Contemplación, vivencia, misión: Todos tenemos algo de la "vocación apostólica", como seguidores, amigos y testigos de Cristo. La fiesta de un apóstol (San Matías), elegido en el Cenáculo en la presencia de María, nos recuerda nuestra vocación "apostólica", y especialmente la vocación de quienes son sucesores de los Apóstoles. Se necesita saber convivir con el Señor (ahora "presente" bajo signos eclesiales), permanecer en su amor y amistad, compartir el mismo estilo de vida. La vocación es un don del Señor para el bien de toda la Iglesia y de toda la humanidad; no hay lugar para el feudalismo ni para buscar el propio interés.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Las tempestades y las penas son providenciales y se pueden cambiar en "gozo pascual" de donación, con y como María. Ella "os será muy verdadera Madre en todas vuestras necesidades" (San Juan de Ávila, Audi Filia, cap.59).

AÑO DE LA FE: "No habrá dificultades, tribulaciones, incomprensiones que nos hagan temer si permanecemos unidos a Dios como los sarmientos están unidos a la vid, si no perdemos la amistad con Él, si le abrimos cada vez más nuestra vida" (Papa Francisco, Homilía 28 abril 2013)