De Corazón a corazón: Sir 17,1-13 ("Puso su luz en sus corazones… Estableció con ellos alianza eterna"); Mc 10,13-16 ("Dejad que los niños vengan a mí… de los que son como ellos es el Reino de los cielos")

Contemplación, vivencia, misión: De la luz de Dios recibimos luz para proseguir nuestro camino. Nos basta la luz para el paso que hemos de dar aquí y ahora. Nuestra mirada está injertada en la suya y, por esto, le podemos descubrir presente en los más "pequeños", los pobres, enfermos, niños, marginados, "periféricos"… La luz de Dios Amor entra en lo más hondo del corazón cuando se comparte en un servicio de olvidarse de sí, sin esperar otro premio que el de amarle y hacerle amar.

*En el día a día con la Madre de Jesús: El gesto materno y contemplativo de María, al poner al niño Jesús en la cuna (cfr. Lc 2,7), sigue marcando la vida de todos los que somos "hijos en el (su) Hijo" (Ef 1,5).

AÑO DE LA FE: "Esto también y sobre todo si nos sentimos pobres, débiles, pecadores, porque Dios fortalece nuestra debilidad, enriquece nuestra pobreza, convierte y perdona nuestro pecado. ¡Es tan misericordioso el Señor! Si acudimos a Él, siempre nos perdona" (Papa Francisco, Homilía 28 abril 2013)