De Corazón a corazón: 2Sam 7,18-19.24-29 (Oración y gratitud de David: "Dígnate bendecir, Señor, el casa de tu siervo"); Mc 4,21-25 ("La lámpara es para ponerla sobre el candelero")
Contemplación, vivencia, misión: Cada ser humano está llamado a ser “epifanía”, “lucecita” de Dios Amor para toda la humanidad y para toda la creación. Esta llama de amor, que transforma la propia vida, se convierte para los demás en un signo de esperanza. Lo oscuro y lo opaco resulta un obstáculo, que hace sufrir a los hermanos y perturba a todos los seres creados. ¡Qué hermoso sería si todos los humanos nos especializáramos en ser agradecidos con Dios y con todos!
*En el día a día con la Madre de Jesús: María personifica su gratitud en el “Magníficat” y unifica la casa donde entra comunicando el amor recibido de Dios.
*Alegría del Evangelio, renovación misionera: “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (Evangelii Gaudium, n.20)
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