De Corazón a corazón: Is 58,9-14 ("Si repartes al hambriento tu pan… te deleitarás en el Señor"); Lc 5,27-32 (En casa de Mateo: "No he venido a llamar a la conversión a los justos, sino a los pecadores")
Contemplación, vivencia, misión: Las palabras de Jesús sólo se captan en la armonía de la fe y del amor: "Si alguno me ama, yo me manifestaré a él" (Jn 14,21). Ha venido para "todos" (Mt 11,28): para Mateo el publicano, para Zaqueo, para la Samaritana… De todos "sintió compasión" (Mt 15,32), a todos nos lleva en su Corazón. Dios "misericordioso" tiene sed del amor del hombre. En Cristo acontece el encuentro entre la sed de Dios y la sed del hombre.
*En el día a día con la Madre de Jesús: "Limosna" equivale a "misericordia", como expresión de la "ternura materna" de Dios, que "hace salir su sol sobre buenos y malos", y que se hace presente en Jesús. En la "Salve" invocamos a María "Madre de la Misericordia".
*Alegría del Evangelio, renovación misionera: «No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos» (San Juan Crisàostomo) (citado en Evangelii Gaudium, n.57)
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