domingo, 27 de enero de 2013

Jesús en Nazaret


Comienzo de la predicación.

14 Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu y su fama se extendió por toda la región. 15 Iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos.

Jesús en Nazaret.

16 Vino a Nazará, donde se había criado, entró, según su costumbre, en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. 17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías, desenrolló el volumen y halló el pasaje donde estaba escrito:
18 El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos 19 y proclamar un año de gracia del Señor.
20 Enrolló el volumen, lo devolvió al ministro y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. 21 Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy.» 22 Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca.


Buscando la verdad encontramos al niño Dios en el pesebre de cada corazón cristiano que nuestra madre alumbró en cada cual por mediación del Espíritu Santo. Por el bautismo de Jesús fuimos ungidos por Él mismo y bautizados en espíritu y fuego para convertirnos en hijos amados del Padre.
También fue por la gracia de Dios que fuimos invitados y asistimos a las Bodas de Caná bebiendo del vino bueno uniéndonos en comunión de Amor con Cristo que nos hace partícipes de la Santísima Trinidad.
Resistimos al diablo en la tentación y lo rechazamos con las mismas palabras: "Apártate Satanás porque está escrito al Señor tu Dios adorarás y solo a Él darás culto".
De nuevo el Espíritu Santo nos empuja hacia Galilea y en la sinagoga de Nazará, en sábado, después de hacer la lectura sobre la profecía de Isaías, se reconoce en ella y manifiesta que dicha Escritura se ha cumplido hoy. Hoy se cumple esta Escritura, también, para todos y cada uno de los cristianos que han puesto su fe en el Señor y todos somos llamados a ser misioneros y llevar la Buena Nueva a todo lugar, caminando por la misma senda de amor que nuestro Señor Jesucristo siguió.

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