De Corazón a corazón: Sir 5,1-10 ("No te tardes en volver al Señor"); Mc 9,41-50 ("Un vaso de agua… no perderá su recompensa… Sal insípida… Tened paz unos con otros")
Contemplación, vivencia, misión: Todo sería muy sencillo si nos dejáramos sorprender por el amor de Dios que nos invita a compartir sus dones. Basta un pequeño gesto de cercanía para sembrar la paz. No estaría bien convertirse en "sal insípida" o en "piedra de tropiezo" para los hermanos. Un corazón ambicioso siembra la discordia y la guerra.
*En el día a día con la Madre de Jesús: Nos unimos a la oración mariana del Magníficat: "Dios dispersa a los soberbios de corazón… y exalta a los humildes… acordándose de su misericordia" (Lc 1,51-52).
AÑO DE LA FE: "Que el Señor nos dé esta libertad de entrar en el santuario en donde Él es sacerdote e intercede por nosotros y lo que le pidamos al Padre en su nombre nos lo dará. Pero que nos dé también la audacia de ir en ese otro santuario que son las llagas de nuestros hermanos y hermanas necesitadas" (Papa Francisco 11 mayo 2013)
JESÚS SUMO Y ETERNO SACERDOTE (jueves después de Pentecostés)
De Corazón a corazón: Is 52,13-53,12 ("Fue traspasado por nuestros pecados") / Heb 10,12-23 ("Tenemos un Sumo Sacerdote"); Lc 22,14-20 ("Copa de la Nueva Alianza, sellada con mi sangre")
Contemplación, vivencia, misión: Desde el seno de María ("vengo para hacer tu voluntad") hasta la cruz ("en tus manos, Padre") y ahora en el seno del Padre, Jesús asume la historia humana como parte de su misma historia. Es el único "Mediador" como Dios hecho hombre, único Salvador. Su oblación consiste en un "sí" a los planes de Dios sobre la humanidad. Así ha sellado definitivamente con su sangre el "pacto de amor" (Alianza).
*En el día a día con la Madre de Jesús: Participamos de su mismo sacerdocio (por el bautismo, confirmación, Orden) y hacemos de nuestra vida un "sí" como el de María, "Madre del Sumo y Eterno Sacerdote". Nos pide unirnos a su oblación: "por ellos yo me inmolo" (Jn 17,19).