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jueves, 29 de mayo de 2014

Entre eternos rivales

 

Estoy contento porque ayer mi equipo favorito, el Real Madrid, ganó la liga de los champiñones. Para muchos madridistas, lo mismo que para los aficionados de otros club de fútbol, los colores de su equipo es lo mas importante, de manera que cuando sucede un evento como el de ayer, se olvidan de todo, dejan mujeres, hijos, sobrinos y acuden para ver ese acontecimiento, para estar presente en lo que consideran que es "hacer historia", su club es lo mas grande del mundo pero si además hacen historia, entonces es el no va mas.

Confieso que ese nivel, yo no lo doy y aunque me alegré con su victoria sobre el "eterno rival", lo que verdaderamente me alegró ayer el día, fue la liberación de las garras del, verdadero eterno rival, el demonio, de una persona de México capital, a través de vídeo-conferencia, persona que hace dos semanas me había pedido ayuda porque, según ella, había acudido a los clérigos de la Iglesia, la trataron como loca y la recomendaron que fuera al psiquiatra.

Ayer fue la segunda sesión de liberación que hacía con ella, en la primera y al comienzo de la Letanía de los Santos, entró en trance y como le había advertido que podía pasar, le dije que, en ese caso, haría palmas con mis manos para sacarla de ese estado; y así lo hice, le pedí que bajara a la planta de abajo y que avisara a su hermano para que la acompañara, mas que nada para que no se lesionara, una vez que le aclaré que no corría ningún riesgo de que el demonio pudiera pasar a él le pedí que estuviera en oración durante el transcurso de la sesión pero vigilante con los ojos puestos en su hermana y proseguimos con las oraciones. No fue la sesión muy extensa porque la catalogué como prueba por ser el primero que hacíamos, volvió a entrar en trance, le pregunté por su nombre, dijo como se llamaba el demonio y en el tramo final se fue.

En la segunda sesión, ya mas seria en cuanto a las oraciones, hizo un intento de aparecer pero con la que estaba cayendo, ni se atrevió. El demonio lo intentará de nuevo y sin duda aprovechará el momento mas inoportuno para ella, pero ya sabe lo que tiene que hacer, en el transcurso de la semana anterior ya lo intentó y se defendió muy bien siguiendo mis consejos, lo que me hace sentir muy optimista y todo apunta a que su liberación es definitiva.

Me había pedido ayuda a través de un correo electrónico, en el que detalló todo lo que estaba sufriendo, que todo lo que emprendía, se lo echaban abajo; la noté muy angustiada porque veía que su vida se desmoronaba. Solo con leer el correo y no por lo que en el narrara, sino por el hecho de fijar la atención en ella, ya supe que era obra del demonio. Supongo que los clérigos a los que acudió, eran auténticos adoquines espirituales con bastante influencia demoníaca, porque al igual que ellos, los demonios, quieren que los poseídos sean tratados en el psiquiatra, ¿porqué? porque con el psiquiatra y si son internados en centros especializados, mejor que mejor, el demonio, se ve libre del sufrimiento a quemarropa, que les producen las oraciones de la Iglesia que los expulsan en el nombre de Jesucristo. Muchos clérigos católicos no creen en la existencia del demonio y otros muchos están convencidos de que estos episodios espirituales, la persona competente para tratarlos es el psiquiatra. Yo que creo en Jesucristo y en su Iglesia, la formada por cristianos que creen en Jesucristo, guardan su palabra y hacen la voluntad del Padre, afirmo que la gran mayoría de trastornos mentales que sufre la persona humana, está producida directa o indirectamente por el demonio. El que no esté de acuerdo que lo diga.

No soy partidario de comentar los casos de posesiones diabólicas porque pienso que la intimidad de las personas, tiene que estar plenamente garantizada pero incluso la de aquellas personas que te autorizan, en todos los casos hay que respetar esa intimidad y no como hacen algunos exorcistas que exhiben sesiones de exorcismos mediante vídeos para hacer creer que son buenos exorcistas, para mi, dejan mucho que desear y lo único que muestran es un montaje, no que sean exorcistas, porque estos mismos son los primeros que obedecen al demonio y los envían al psiquiatra. Influencia de espíritu gandul.

Lo que he querido reflejar a parte de lo ya expuesto, es el hecho de liberar a las personas haciendo uso de las nuevas tecnologías para beneficio del paciente, de las instituciones sanitarias del país y del propio exorcista. En beneficio del paciente porque no tiene que desplazarse a la provincia del exorcista, porque no gasta energía buscando a uno que lo tome, porque evita que se dirija a uno y le diga que está saturado de trabajo o que le diga que solo puede atender a los de su propia diócesis, etc. Para las instituciones sanitarias del país, porque se ahorrarían muchos gastos en medicamentos. Imagínate si me hicieran caso y aunque no tengan discernimiento espiritual, exorcizaran a las personas que se lo pidieran, ahorro en pastillas y en psiquiatras, incluso en establecimientos específicos. El exorcista también sale beneficiado, no necesita equipo que le ayude y de vez en cuando se ahorraría alguna agresión física.
Como en el exorcismo o la sesión de liberación, las fuerzas que intervienen son espirituales, no es necesaria la presencia física, si las oraciones y la supervisión, por lo tanto haciendo uso de la vídeo-conferencia, se consigue. Los sacramentales igualmente se bendicen en la distancia.
Siento darles este mal rato a todos aquellos que quieren hacerse imprescindibles en perjuicio del paciente.

martes, 3 de diciembre de 2013

Demonio - Psiquiatra - Clérigo exorcista

Los tres pivotes, Demonio - Psiquiatra - Clérigo exorcista, sobre los que dependen y para su desgracia, muchas personas que tienen trastornos mentales.

Hay tres elementos que suelen intervenir con claridad, aunque no siempre, en la vida del paciente cuando está preso de una enfermedad espiritual ya sea por influencia o por posesión de espíritus inmundos.
Estos tres elementos lo forman el demonio, el psiquiatra y el clérigo exorcista, no siempre actúan conjuntamente, en la mayoría de los casos, la relación se establece entre los dos primeros y solo cuando es muy evidente la participación del demonio y encaja dentro de lo que la Iglesia Clerical entiende y define como posesión diabólica, es cuando entra en escena el tercer elemento.
Merece la pena analizar un poco el comportamiento de estos tres elementos que aparecen en el horizonte oscuro del paciente que los soporta.

Demonio - Psiquiatra. Esta es la relación que se da en la mayoría de los casos, el paciente que empieza a notar pequeños trastornos en su mente, que oye voces en su interior, que su mente se encuentra embotada, que está aturdido, que no puede pensar con claridad, que siente deseos de suicidio, que siente temblores en su cuerpo, que deja de dormir, que pasa por situaciones de terror y pánico; acude al psiquiatra y este lo recibe y entiende que está dentro de su competencia y empieza a recetarle tranquilizantes que supongo que el paciente pueda notar una ligera mejoría pero nunca encontrará la forma de restablecerle adecuada y plenamente y así empieza un ir y venir a la consulta del psiquiatra sin encontrar remedio a sus males hasta que por fin le diagnostica una enfermedad mental que no tiene, puesto que se trata de un problema espiritual, y los problemas espirituales no se tratan con fármacos sino con la oración y con todas aquellas acciones que nos hacen espiritualmente fuertes, como es el asistir a misa, la frecuencia de los sacramentos, las buenas lecturas, sobre todo los Evangelios y la Santa Biblia en general; es decir, la vida de un cristiano. El demonio convence a la paciente que los problemas que tiene son de tipo mental y la encamina a la consulta del psiquiatra.
El psiquiatra tampoco se escapa de la influencia del demonio, pero con él gasta poco tiempo ya que no cree en la existencia del demonio, tampoco en la existencia de Dios  y así el demonio hace su trabajo a sus anchas sin ser molestado.
Como se comprenderá, se trata de un verdadero escándalo: pacientes con problemas espirituales son tratados por psiquiatras, no competentes en la materia, que no creen en Dios por lo tanto tampoco en la existencia del demonio, son tratados, digo, con fármacos que no curan, conduciendo a estos pobres inocentes a centros psiquiátricos, arruinando su vida y en muchos casos ellos solitos se encaminan al suicidio. Si, eso si, luego los incompetentes en materia espiritual dicen que querían llamar la atención.
En la relación demonio psiquiatra se cumple plenamente los deseos del demonio que quiere pasar desapercibido y hacer su trabajo en la sombra. Por eso me habrán oído decir, en ocasiones, que ambos trabajan en comunión, el demonio encantado con el psiquiatra que no es molestado en su quehacer de arruinar vidas separándoles de Dios y el psiquiatra satisfecho de que su carga de trabajo vaya en aumento, eso si, si hay que cobrar se cobra. Esto que está pasando pasa inadvertido al psiquiatra que solo tiene ojos para el "dios ciencia" y en su idolatría el demonio lo domestica.
No tengo que dar lecciones a nadie pero para un cristiano lo primero es la Santísima Trinidad y por lo tanto Jesucristo y sus evangelios y esto está por encima de todo incluso de la ciencia.

Clérigo exorcista - psiquiatra En esta relación una de las partes está acomplejada, cree el clérigo que le faltan conocimientos para poder discutir con el psiquiatra y no se da cuenta que no puede competir con el en su propio campo, en el campo de la ciencia. En el mundo del espíritu muchas cosas nos llega por revelación y si por revelación soy capaz de determinar cuando una persona con trastornos mentales, estos se deben o están causados por la acción del demonio, ¿como voy a demostrar científicamente este hecho para complacer al psiquiatra?. Algunos clérigos exorcistas deslumbrados igualmente por el mundo científico, llegan al colmo de los colmos y no se les ocurre otra cosa que para saber si una persona con problemas mentales, son debidos o no a la acción del demonio, no se les ocurre otra cosa que estudiar psicología y psiquiatría. Y claro después del esfuerzo siguen con el mismo problema o aun peor porque si se acerca aun más a las tesis y al mundo de la ciencia. mas se alejará del mundo del espíritu y seguirá, lo mismo, sin saber donde se encuentra.
Los mas afamados exorcistas de España envían al psiquiatra personas cuyos trastornos son ocasionados por el demonio, yo mismo estoy exorcizando personas no atendidas por ellos, ¿no saben detectar la presencia del demonio?, ¿temen al colectivo de psiquiatras?.
Un exorcista en Madrid fue cesado de su actividad por que según los psiquiatras que denunciaron el caso, había exorcizado a un paciente con diagnóstico de esquizofrenia. Si, así como suena, como si el hecho de haber sido diagnosticado presuponga que su enfermedad no proceda de la influencia de espíritus infernales. ¿Saben lo que se le ocurrió a Rouco para atajar este problema? en vez de nombrar a otro exorcista, creó un grupo de ellos bajo la supervisión de un obispo auxiliar, integrando en el grupo a un psiquiatra y las decisiones de, si son mentales o espirituales, las toman colectivamente. Supongo que esto lo hizo para difuminar responsabilidades, el caso es que ese grupo, como ustedes entenderán no sirve para nada, los psiquiatras siguen diagnosticando mal y los clérigos exorcistas siguen sin saber determinar cuando es mental o cuando influencia o posesión. ¡Ah! ¿saben una cosa? la primera consulta del psiquiatra del grupo la paga la Iglesia; el resto, el paciente. Osea se, que el psiquiatra del grupo de exorcistas deriva a los pacientes a su consulta privada. ¿Que les parece?
Rouco, menos mal que te vas pronto; por cierto, esa encuesta que el Papa Francisco te envió para que las repartieras a las diócesis, con la sana intención de que los cristianos opináramos sobre cuestiones importantes de la Iglesia, ¿que ha pasado con ella?. No es que venga a cuento esta pregunta a Rouco por los temas que estoy tratando aquí, pero la lanzo al aire por si lee este artículo y me contesta.
Solo decir que en esta relación clérigo exorcista - psiquiatra, hay un claro vencedor el psiquiatra.



Demonio Clérigo exorcista La acción del demonio sobre la persona se centran en dos puntos fundamentales en la mente, en los órganos de la cabeza y a través del plexo solar, en el estómago. Y separa a la persona de lo sagrado con problemas de fe. Todos sentimos la influencia del demonio de una manera o de otra, lo normal es que sintamos esa influencia de manera muy leve pero lo pequeño, a poco que nos descuidemos, puede hacerse grande y así ocurre que hay influencias mas dañinas que lo que pueda ser una posesión de libro. El clérigo exorcista tiende a desestimar, erróneamente, las influencias  y normalmente cuando se refiere a ellas, lo hace como "una influencia menor" y recomienda al paciente que ore por su cuenta creyendo que con eso basta. No es así, cuando una influencia la tratas convenientemente, estás evitando mucho sufrimiento, suicidios, enfermedades y estás cortando lo progresión de la misma que puede derivar incluso en una posesión; es decir, el exorcista no puede esperar a que una influencia se convierta en posesión para tratarla, cuando se está incubando es cuando hay que atajarla, pero es que además no todas las influencias derivan en posesión, pueden crearte enfermedades neurológicas, cuadros de psiquiatría severos, el mal funcionamiento de algún órgano importante, etc. poniendo en riesgo de muerte al paciente.
Ocurre que para actuar en estos casos, se necesita tener el convencimiento de que lo que ocurre al paciente es debido a la acción del demonio, si esto no se sabe, difícilmente se podrá actuar con determinación, es necesario saberlo, pero no porque te lo digan, sino porque estés sintiendo en ti la presencia del demonio. Es normal que cuando oras por una persona, el demonio se manifieste y en cualquier caso aunque te encuentres orando por alguien a 10.000 km de distancia, el demonio acude  a ti para saber quien eres y en ese mismo instante es cuando sientes su presencia.
Quizás sea yo un caso excepcional, pero he visto muy pocos, por no decir ninguno, que pueda determinar que lo que le ocurre al paciente es obra del demonio y así determinar que se está ante un caso de influencia diabólica. Una gran cantidad de personas que acuden al psiquiatra por trastornos de la mente, son obra del demonio.
Si el clérigo exorcista, solo trata a pacientes con posesión diabólica contrastada y considerando lo extenso de la influencia dañina del demonio en las personas, teniendo en cuenta, además, el miedo que provoca al exorcista la inseguridad de no saber si es demonio o enfermedad, en esta relación de "demonio - clérigo exorcista" el éxito del exorcista no llega ni al 1%.

Resumen: Está claro que el demonio está dominando todas la situaciones, que los clérigos de la Iglesia están poniendo muy pocos medios y no tienen claridad espiritual ni discernimiento alguno y los psiquiatras que trabajan claramente para el demonio, no les importa con tal de que no le toquen sus atribuciones.